1-En primer lugar, trata de clasificar la ropa. Si necesitas meter la ropa en cajas de plástico (nunca en cajas de cartón) organízala por usos. En primer lugar debes guardar esos conjuntos que comentábamos antes. Es decir, los estrictamente playeros que sabes que aunque siga haciendo calor ya no te ves con ellos en el mes de septiembre.
2-También debes prestar atención a los colores. No guardes prendas blancas con rojas, azul marino o cualquier otro color fuerte. Aunque estén secas pueden desteñir. Lo blanco sepáralo de lo demás en una bolsa guardarropa.
3-Al hilo de lo que decíamos en el punto uno. Deja fuera algunas prendas de manga corta o blusas finas o cuerpos de fiesta sin mangas. Eso puedes necesitarlo en la temporada de otoño/invierno. Recuerda estas Nochebuenas en mangas de camisa. O las fiestas o cenas en las que te arreglas con un desmangado.
4-A la hora de doblar las prendas para meterlas en cajas no lo hagas de la forma convencional. Muchas veces sacamos camisetas, faldas o pantalones a los que no hay manera de quitarles la marca de la doblez. Seguro que habéis visto tutoriales en youtube sobre la forma de enrollar las prendas en forma de rulo para que no se arruguen y para ganar espacio. Esto vale también a la hora de hacer la maleta para viajar. Te evitarás tener que buscar una plancha al llegar.
5-No olvides introducir pastillas antipolillas con buen olor. Evitarás desagradables sorpresas en forma de agujeritos en tus prendas.
6-Descarta guardar ese vestido que no te has puesto en todo el verano y que también estuvo aburrido en tu armario el verano pasado. Reconócelo…. ya no va contigo. Permítele tener una segunda vida en otro armario o llévalo algún contenedor de ropa de tu ciudad.
7-Y por último, usa etiquetas en las cajas. Esto te facilitará mucho el año que viene saber qué hay en cada caja sin sacarlas todas. Por ejemplo, bikinis y pijamas, ropa de fiesta, conjuntos playa o ropa de verano para ir a la oficina. Créenos, lo vas a agradecer.