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Los trasteros no son solo un lugar para guardar objetos a los que no se les da uso. La mejor prueba es que cada vez más, se están convirtiendo en “plazas de aparcamiento” para aquellos que han optado por hacer de la bicicleta su medio de transporte y quieren tener un lugar seguro para guardarla.
Las ciudades evolucionan hacia un modelo menos contaminante, y eso implica un mayor protagonismo de la bicicleta. En el norte de Europa ya hay una cultura de la bicicleta muy importante que antes o después se cree llegará a los países del Sur, que además son idóneos para ello por gozar de un mejor clima.
Pero en el Sur todavía queda mucho camino por recorrer en cuanto a civismo, y pensar en dejar las bicicletas alegremente al alcance de otros no parece una gran idea por ahora.
Hay que tener en cuenta que algunos modelos cuestan entre 600 y 1000 euros, y que esas son cantidades nada despreciables. Alguien que se gaste esa cantidad, o incluso más en el caso de las bicis eléctricas, quiere un lugar donde dejar su bici con la mayor seguridad, y ahí es donde entran en juego los trasteros.
Los trasteros de alquiler, además de estar situados en puntos estratégicos y a ras de suelo, tienen medidas de seguridad y vigilancia que otorgan las garantías que cualquier propietario necesita. De ahí que el binomio trasteros-bicicletas tenga muchas opciones de ir de la mano en un futuro inmediato.